El primer grupo está constituido por los planetas de tipo terrestre, llamados así por su semejanza con la Tierra, y en el mismo se incluyen, además de nuestro planeta, a Mercurio, Venus y Marte. El segundo grupo comprende los planetas gigantes, que son Saturno, Urano y Neptuno, cuya de nominación genérica proviene de sus dimensiones son muy superiores a las de los planetas de tipo terrestre.
Los planetas de tipo terrestre están constituidos por esferas solidas cuyo diámetro en ningún caso supera al de la tierra. Su densidad es netamente superior a la del agua y los elementos químicos componentes presentan elevado peso atómico.
Las atmosferas de estos planetas son poco extensas en comparación con las dimensiones de su globo planetario, y la densidad suele ser pequeña. Finalmente, cabe destacar que los planetas terrestres giran con bastante lentitud sobre sí mismos y que poseen pocos satélites o ninguno.
Los planetas gigantes tienen diámetros netamente superiores a los diámetros de los planetas terrestres. Su densidad es pequeña siendo su valor apenas superior al de la densidad del agua.
Los materiales que constituyen esos planetas, generalmente de bajo peso atómico, no dan lugar a un globo solido, si no que se encuentran casi totalmente en estado líquido y gaseoso. Únicamente existe evidencia de un pequeño núcleo central solido, cuyas dimensiones son poco importantes en correlación con las dimensiones totales del planeta.
sus atmosferas son muy extensas en comparación con las partes solida y liquida abundando los elementos ligeros hidrogeno y helio, y también algunos compuestos como amoníaco y metano.